martes, 25 de marzo de 2008

¿Qué opinión tenía Martín Lousteau antes de ser Ministro













Martín Lousteau es licenciado en Economía (Universidad de San Andrés) y Master of Science in Economics (London School of Economics and Politicals Sciences) , tiene 36 años y se convirtió en el presidente más joven en la dilatada historia del Bapro (Banco de la Provincia de Buenos Aires). Se desempeñó también como ministro de Producción de la Provincia de Buenos Aires antes de asumir como Ministro de Economía de la Argentina. Trabajó desde 1997 en la consultora APL, de Pedro Lacoste y Alfonso Prat Gay, en la cual llegó a la presidencia en 2002. Entre 2003 y 2004 asesoró a Prat Gay (si el mismo que está ahora con Lilita Carrió) cuando éste ocupó la presidencia del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Sin militancia política conocida, perteneció, no obstante, al grupo Unidos del Sud creado por Francisco de Narváez, hoy diputado del duhaldismo por la provincia de Buenos Aires. Posee experiencia académica y docente en diferentes universidades nacionales y extranjeras, y ha publicado varios trabajos y artículos periodísticos.
Escribió el libro “Sin atajos” junto a Javier González Fraga (ex candidato a Ministro de Economìa de Roberto Lavagna) que puede utilizarse como un recetario de las políticas que es previsible lleve adelante. El libro es un historia de las crisis económicas argentinas, que se sintetiza en una frase de su prólogo: “Sólo en tres ocasiones se ha logrado crecer cuatros años consecutivos a tasas superiores a 4 por ciento cada uno y ninguno de los distintos roles que cumplió el Estado a lo largo del siglo logró evitar las crisis recurrentes”.
En noviembre del 2003 se publicó su libro HACIA UN FEDERALISMO SOLIDARIO donde Martín Lousteau dice "En la lucha contra la evasión es más importante la mejora de la administración tributaria que la aplicación de grandes modificaciones a los tributos existentes".
No obstante reconoce que " (...) en la medida que presupuestariamente sea posible una reducción de la alícuota del IVA del 21% a valores más cercanos al 18% también sería positiva".
"En los últimos años, ante la menor recaudación de los tributos históricos, y luego del cambio en los precios relativos de 2002, el Estado recurrió a algunos impuestos fuertemente distorsivos de la actividad económica que están ausentes en cualquier democracia moderna. Ellos son las retenciones a las exportaciones y el impuesto a las transacciones financieras (débitos y créditos)" (Pag 40 de Hacia un federalismo Solidario).
Entonces en que quedamos Martín? Ah! ya entiendo. No somos una democracia moderna. Seguimos con viejas metodologías. Claro, seguimos siendo setentistas.

El Sol del Chaco

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