domingo, 16 de marzo de 2008

¿Quién se ha llevado mi sello?

Los radicales K intentan CONSER VAR ESPACIOS en su partido de origen.
Se reunieron en Junín para reivindicarse kirchneristas de la UCR. Rechazan ser expulsados por sus ex correligionarios.














Los radicales K se reunieron ayer en la ciudad de Junín para reafirmarse kirchneristas. Reclamaron la unificación de la UCR pero terminaron formalizando una corriente interna, opositora a la estructura oficial que preside el jujeño Gerardo Morales.

La decisión no fue unánime: un sector había propuesto romper con el Comité Nacional y fundar una nueva fuerza. La elección de la mesa de conducción del flamante espacio “Recuperación y Reconstrucción Radical para la Concertación” también fue motivo de pelea. Todos los gobernadores, funcionarios nacionales y legisladores que asistieron al acto se postularon para el puesto. Fueron elegidos el vicepresidente Julio Cobos, los gobernadores Gerardo Zamora, Arturo Colombi y Miguel Saiz, y Horacio “Pechi” Quiroga, ex intendente de Neuquén.

Los kirchneristas provenientes de la UCR se anticiparon al descanso de Semana Santa y se refugiaron en la Posada del Sol, un complejo de cabañas con pileta, gimnasio y centro gastronómico ubicado a unos pocos kilómetros de Junín, junto a la Laguna de Gómez. Rodeados de campo, monte y piquillines, los radicales K se propusieron “recuperar la UCR”. “Tenemos que quebrar la vieja estructura partidaria que obliga al radicalismo a ser siempre oposición”, propuso Cobos.

Después de debatir durante toda la jornada, emitieron un documento que fue presentado en un acto que organizó el dueño de casa, el intendente Mario Meoni, en el céntrico club Los Indios. En ese texto afirmaron que “la Concertación no es una operación política de corto plazo destinada solamente a ganar una elección, es la posibilidad de estructurar una coalición estable de fuerzas políticas que den garantía al proceso de transformación”.

El objetivo de los radicales K es enfrentar al Comité Nacional en una elección interna. Pero no les será fácil: todos los integrantes de la mesa de conducción de “Recuperación y Reconstrucción Radical para la Concertación” están suspendidos o fueron expulsados del partido por haber enfrentado a la UCR en las últimas elecciones. El más flojo de papeles es el propio Cobos. Hace ya un año perdió su estatus de afiliado por pretender utilizar el sello radical para impulsar en Mendoza la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. No puede participar de la interna. Zamora, Colombi, Saiz y Quiroga, están suspendidos y sus fichas de afiliación están en manos de la Junta de Disciplina, que podría expulsarlos.

Tampoco pueden aspirar a un cargo partidario, a menos que la conducción del partido los perdone. Pero, al parecer, eso no ocurrirá. “No va a haber amnistías”, anticipó el presidente de la UCR, Gerardo Morales.

“Estamos abiertos a que vuelvan quienes acepten que éste es un partido autónomo e independiente del Gobierno. Pero ellos no comprendieron nada. Hay que darles una brújula. No se puede ser oposición y gobierno a la vez. No hay lugar en la UCR para funcionarios del Gobierno”, afirmó Morales al enterarse de la decisión de los radicales K de intentar mantenerse dentro de la estructura partidaria. “Si Cobos quiere su carnet de afiliado, tiene que renunciar a la Vicepresidencia”, insistió el senador por Jujuy. “La mesa de conducción es el club de los perdedores”, bromeó en voz baja un veterano radical que se hizo una escapada hasta Junín. Ocurre que tanto Cobos como Saiz y Quiroga fueron derrotados en sus distritos por el Frente para la Victoria en las últimas elecciones.

Entre otros dirigentes que participaron del encuentro, también estuvieron el gobernador catamarqueño Eduardo Brizuela del Moral; los intendentes Enrique “Japonés” García, de Vicente López, y Alfredo Cornejo, de Godoy Cruz; el vicepresidente del Banco Central, Miguel Pesce; el diputado nacional Daniel Katz, y el senador Pablo Verani. También participó la funcionaria ultrakirchernista María José Lubertino, una ex radical que abandonó el partido hace casi una década. También pidió una UCR unificada.

Quiroga, ex intendente de Neuquén y actual funcionario de la Cancillería, sostuvo que los radicales K “son los radicales que gobiernan, los que mantuvieron la honra del partido” y reclamó “un marco de unidad y tolerancia dentro”.

El reclamo de “unidad” y las loas a la gestión kirchnerista ocuparon menos espacio en los discursos que el pedido de anulación de las expulsiones. Los K saben que sin afiliación no podrán cumplir con su cometido: “Recuperar la UCR”.

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